Es una conferencia dedicada a las mediciones objetivas realizadas durante el diagnóstico de la vía auditiva en usuarios de los implantes cocleares. Se celebra cada dos años. Este año el simposio International Symposium on Objective Measures in Auditory Implants fue organizado por el Prof. Karen Gordon y el Prof. Blake Papsin de SickKids Hospital. Es una de las clínicas de pediatría más conocidas del mundo, en la cual se realiza el programa de tratamiento de trastornos auditivos por medio de los implantes. Ya hace años que allí se efectúan ensayos básicos y clínicos con el uso de técnicas de imágenes de la actividad cerebral. La conferencia de este año fue dedicada precisamente a los estudios de la vía auditiva usando dichas técnicas. Más de 200 investigadores provenientes de 20 países del mundo presentaron resultados de sus estudios. Las noticias más recientes de la conferencia nos las comenta el Dr. Artur Lorens, jefe del Instituto de Implantes y Percepción Auditiva en la entrevista dada a la revista „Słyszę” (Oigo).
Słyszę: ¿Por qué en la conferencia de este año se dedicó tanto tiempo a las pruebas de imagen?
Dr. Artur Lorens: Es porque ha cambiado la manera de pensar sobre las pruebas objetivas. Hasta la fecha nos estábamos enfocando en pruebas objetivas ya comúnmente usadas a día de hoy, tales como el registro del potencial de acción compuesto del nervio auditivo, el reflejo estapedial o bien los potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC). Estas constituyen pruebas periféricas, es decir, relacionadas con el oído interno y el nervio auditivo (tal vez con impulsos provenientes del tronco cerebral), y no con niveles superiores de la vía auditiva. Durante muchos años se estaban perfeccionando con la convicción de que el remedio para mejorar la comprensión del habla en pacientes con sordera total o parcial era ajustar (programar) el sistema de implante coclear de tal manera que el modelo de estimulación, compuesto por millones de impulsos neuronales generados gracias a la estimulación eléctrica en miles de fibras nerviosas, fuera lo más parecido al modelo de estimulación que se genera en el nervio auditivo bajo la influencia de sonido en caso de un oído interno sano. Para ajustar bien el procesador del habla (la parte externa del sistema de implante coclear) hay que comprobar con la máxima precisión (es decir, usando métodos objetivos) qué tipo de estimulación aparece en la cóclea y en el nervio auditivo. Con el paso del tiempo resultó sin embargo que, aunque sabemos realizar pruebas objetivas del tramo periférico de la vía auditiva cada vez más precisas y estimular cada vez mejor el oído interno, parte de los pacientes no llega a conseguir resultados tan buenos como lo hubiéramos esperado. Los efectos logrados tras la implantación varían considerablemente: algunas personas consiguen gran progreso en la audición y la comprensión del habla, mientras que otras sí que oyen más pero siguen teniendo problemas importantes con la comprensión del habla, pese a que -como nos indican las pruebas objetivas– todos ellos tienen el nervio auditivo igual de bien estimulado. Gracias a dichas observaciones, se ha revolucionado el pensamiento: los especialistas han reconocido que uno no debe centrarse tan sólo en la periferia del sistema auditivo ya que lo que decide en gran parte sobre los resultados de la rehabilitación tras la implantación, es el cerebro.
S.: Y las pruebas de imagen ayudan a explicar por qué en ciertos pacientes la implantación da buenos resultados y en otros peores de los previstos?
A.L.: Sí. Durante la conferencia de Toronto los investigadores del Institut Arthur Vernes de París presentaron nuevos resultados de las pruebas de imagen, por los que se desprende que sobre los efectos de la rehabilitación tras la implantación puede decidir el llamado y recién descubierto bucle fonológico, una vía neuronal cerebral muy específica que participa en el procesamiento de la señal del habla. Los científicos seguían la actividad cerebral por medio de imágenes RMf en la situación en la cual los pacientes tenían contacto visual con el texto (visualmente decodificaban la señal del habla). Resultó que tanto en la percepción de la información visual, como de la auditiva, toman parte zonas similares del cerebro. Se identificaron dos vías de flujo de estas informaciones a la zona cerebral del habla: una más larga y otra, más corta. La más larga, llamada dorsal (dorsal phonological root), se asocia a procesos fonológicos, mientras que las más corta, llamada ventral (ventral semantic root), sólo a la semántica (decodificación de significados). Si una persona con audición sana, al seguir un texto, por decirlo así «oye» en su cabeza el sonido de las palabras, esto significa que en su cerebro se activa la vía fonológica. Sin embargo, a veces al leer un texto activamos también la vía corta, es decir, sólo vemos las letras y automáticamente, sin pensarlo, instantáneamente decodificamos el significado de las palabras y frases. Esa lectura tan rápida, a veces llamada fotográfica, se activa cuando el cerebro usa «atajos», sin la mediación del bucle fonológico. Hay quien tenga una inclinación natural a ese tipo de lectura rápida. Los científicos sospechan que es una característica genética. Normalmente la vía fonológica se activa cuando oímos. En caso de la pérdida de audición deja de activarse. Por lo tanto los pacientes tienden cada vez más a usar únicamente el bucle más corto, el semántico. Se identificó una correlación entre los resultados de la audición y la comprensión del habla tras la implantación y esas dos zonas activadas. Personas en las que a pesar de la pérdida de la audición con lectura visual se activaba la vía fonológica, obtenían resultados mucho mejores que los pacientes que al leer un texto activaban el bucle semántico.
S.: ¿Y son precisamente las personas que deberían sacar más beneficio de la implantación?
A.L.: Sí. Por otro lado, los pacientes cuyos cerebros presentan una tendencia natural a la lectura rápida, omitiendo el bucle fonológico, una vez pérdida su audición pueden sacar menos beneficio de la implantación. Además, los científicos presentaron una hipótesis más. Según ella, los pacientes que leen mejor los labios pueden sacar más beneficio de la implantación. Es porque la lectura labial previene la desactivación del bucle fonológico. El movimiento de los labios lo asociamos con los sonidos y por decirlo así «oímos» las consiguientes palabras en la cabeza. Es una teoría totalmente contradictoria a las nociones de hasta ahora. Es que hasta hace poco se pensaba que la lectura labial bloquea el canal auditivo, por lo cual las personas que leen bien los labios tendrían peores resultados en la audición y la compresión del habla tras la implantación. Ahora se sabe ya que tal entendimiento de las cosas era erróneo, por lo menos en el caso de personas postlinguales que habían desarrollado el habla antes de perder la capacidad de oír.
S.: ¿Qué pueden cambiar en la rehabilitación de la audición los nuevos resultados de las pruebas de imagen en el futuro inmediato?
A.L.: Se habla cada vez más ya no de rehabilitación sino de neurorehabilitación, es decir, un tratamiento de la audición que aprovecha de la plasticidad del cerebro. No se sabe todavía cómo se realizaría exactamente. Existen muchos grupos de pacientes, de los que cuales una puede tener las zonas auditivas del cerebro desarrolladas de manera distinta y otro potencial de cambios que puedan generarse gracias al alcance de neuroplasticidad individual. Sin embargo, gracias a los nuevos métodos de imaginería se podrán detectar y contestar a la pregunta de cómo, considerando las diferencias mencionadas, programar el procesador del habla de modo que la corteza auditiva pueda aprovechar al máximo las informaciones proporcionadas por el implante.
S.: ¿Hay resultados de estos estudios que ya se traducen a la práctica clínica?
A.L.: Durante la conferencia de Toronto se presentaron muchos trabajos que muestran el impacto de la estimulación unilateral sobre el cambio en la ubicación de las áreas corticales. Sobre esta base puede sacarse ya una conclusión concreta: la estimulación por medio de un sólo implante hasta el cuarto año de vida (el llamado periodo crítico) produce cambios radicales en la corteza auditiva del niño. La corteza opuesta al oído implantado se hace fuertemente dominante. Incluso si activamos la audición en el otro oído mediante la implantación, la información proveniente de él llegará predominantemente a la corteza dominante, es decir, al lado del nuevo implante y no, como quisiéramos, a la corteza opuesta. Esto permite concluir que en los niños sordos desde el nacimiento es conveniente insertar dos implantes a la vez o con intervalos de tiempo muy cortos. Sólo de esta manera se puede evitar dominación demasiado fuerte de la corteza auditiva en un solo hemisferio. Cabe destacar que es un fenómeno patológico, ya que dificulta el procesamiento normal, bilateral, de los estímulos sonoros imprescindible para la comprensión del habla en presencia de ruido o para la identificación de la fuente de sonido. Durante la conferencia se presentaron los primeros estudios sobre tal dominación en niños. Su realización había sido posible gracias a un nuevo método que se está desarrollando en la actualidad y que usa espectroscopia del infrarrojo cercano (near-infrared spectroscopy) en las imágenes cerebrales. Antes, la existencia de ese fenómeno la indicaban sólo los trabajos del Prof. Andrej Kral de la Universidad de Hanover, que hizo estudios en gatos. Fue el invitado especial del simposio de Toronto. Los investigadores comprobaban también si el uso de audífono en el oído opuesto al implantado pudiese prevenir la dominación patológica de la corteza auditiva. Pues resulta que no. La mayoría de los niños implantados cuentan con una audición residual insuficiente para que el audífono pudiese mejorar su audición. Es porque en caso de la audición residual, el implante trasmite al cerebro mucha más información sonora que el audífono. Dicha superioridad es tan grande que en niños con audífonos la corteza auditiva que recibe señales del implante domina igual de fuerte que en niños que no usan audífono en el otro oído.
S.: Las pruebas de imagen arrojan nueva luz sobre muchos procesos relativos a la audición. El problema consiste en que son métodos invasivos. ¿Intentan los científicos solucionar este dilema de alguna manera?
A.L.: Es verdad, la PET (tomografía por emisión de positrones) implica administración de una sustancia que contiene isótopos. Durante la prueba de resonancia magnética funcional se produce un fuerte campo magnético que limita considerablemente la posibilidad de aplicar este examen en la visualización de la actividad cerebral en personas con implante auditivo debido al imán que se encuentra dentro del implante. Por tanto, los investigadores están buscando nuevos métodos de imaginería. Durante la conferencia, el prof. Rene Gifort de la Universidad Vanderbilt presentó el nuevo método de espectroscopia del infrarrojo cercano (infrared spectroscopy). Durante la prueba se examina de manera no invasiva la actividad cerebral registrando cambios en el flujo de la sangre oxigenada. Los científicos depositan grandes esperanzas en las nuevas mediciones de EEG que gracias a las soluciones tecnológicas innovadoras hacen posible no sólo captar los impulsos de la corteza auditiva, sino también determinar con más precisión de qué area provienen. Es probable que en la próxima conferencia, que tendrá lugar en Budapest, los investigadores presenten resultados de los estudios con la participación de pacientes implantados, que actualmente no se pueden efectuar usando métodos invasivos.