El Café Científico tiene ya una tradición de 15 años – sus invitados son personas especiales, quienes tratan la ciencia con mucha pasión, son autoridades en sus campos. La reunión con el profesor Henryk Skarzynski, Director del Instituto de Fisiología y Patología Auditiva, se organizó bajo el lema “Ser médico”. No es una coincidencia. El profesor Skarzynski es conocido no sólo como el iniciador del Centro Mundial Auditivo de Kajetany y un otocirujano quien realizó muchas operaciones pioneras del mundo, sino también – o aún sobre todo – como un médico de vocación, para quien lo más importante es el bien del paciente. La entrevista con el profesor Skarzynski, realizada por el periodista Pawel Walewski de “Política”, estaba dedicada en particular a las relaciones entre el médico y su paciente.
“Antes el paciente iba al doctor, ahora visita al especialista, quien trabaja como un ordenador. El médico tiene que documentarlo todo, por eso escribe y llena formularios correspondientes, en vez de aprovechar este tiempo por una conversación con el paciente, concentrarse en sus dolencias y problemas. Si no cumple con todas las formalidades, que son cada vez más y más, nadie le va a pagar esta consulta. No nos damos cuenta cuánto nos cuesta un servicio administrativo así” – dijo el profesor Henryk Skarzynski en el Café Científico. – “En Kajetany, los médicos pueden concentrarse en el paciente, porque tratamos de que tengan alguien para ayudarles y llenar los documentos. Sin embargo, esta organización del trabajo cuesta mucho y no todos los institutos pueden permitirse el lujo de emplear al personal adicional” – añadió el profesor.
En los últimos años se subraya el papel del paciente en el tratamiento. Con mucha frecuencia se repite que el paciente debería saber en que consiste su problema de salud y que tipo del tratamiento lo espera. – “Hoy es más fácil explicar al paciente quien viene, por ejemplo, a un consultorio otorrinolaringológico, en que consiste su enfermedad; teniendo un equipo adecuado podemos mostrarle, por ejemplo, una visualización del oído en una pantalla, indicando las anomalías o los defectos relacionados con su enfermedad. En los tiempos cuando los otorrinolaringólogos miraban el oído por una trompeta no había estas posibilidades” – subrayó el profesor Skarzynski. – “El paciente quien sabe más puede de verdad discutir con el médico sobre las soluciones posibles. ¡Es fantástico! Sin embargo, si durante una consulta me doy cuenta de que el enfermo, a pesar de mi explicación, no entiende su problema y el problema relacionado al tratamiento completamente, terminó la visita con las siguientes palabras: ‘Si fuera yo o mi hijo, optaría por este tratamiento y no el otro. Pero es su decisión’ – añado.”